lunes, 22 de enero de 2018

Lección de vuelo


Foto: Orlando Durán Hernández
 Entrevista publicada en Juventud Rebelde.

Quien lo conoce sabe que a Luis Álvarez Álvarez se le admira y se le teme. Son dos emociones difíciles de desligar. Entrevistarlo entraña siempre desafíos para mí, porque he sido su alumna y, en especial, porque se me ha declarado entre mis lectores agudos.

Este Luis, dos veces Álvarez, dos veces Doctor, ha manifestado en carne propia la verdad de que es posible desde la ciudad de Camagüey tocar el horizonte y trascender los límites de la Isla. Su ejecutoria investigativa y pedagógica resulta vital en el contexto latinoamericano y caribeño. Esa obra se ha gestado desde el hogar, un remanso de paz alumbrado de libros, ideas y proyectos donde todos, universitarios o no, tenemos espacio y recibimos su atención.

En esta 27ma. Feria Internacional del Libro Cuba 2018 debía recibir de manera oficial el Premio Nacional de Literatura 2017, pero por su estado de salud lo hará en Camagüey, primera excepción en la historia de esa entrega. A propóstio de que el también Premio Nacional de Investigaciones Culturales 2008 se encuentra entre los autores con novedades publicadas por la Editorial Ácana para esta gran fiesta de la literatura, aprovecho para conocer «secretos» de su vida y de su obra.

viernes, 5 de enero de 2018

A los 80 también se cumplen los sueños


Cake, piñata, narración oral, música y afectos no faltaron en lo que fue su patio de los pavos reales. Además, en la Quinta quedó abierta una exposición permanente con objetos donados por la familia de Alma Flor, la cual será desmontada el 24 de enero, mientras dure la filmación allí de la película dedicada a Ignacio Agramonte.

Cake, piñata, narración oral, música y afectos no faltaron en lo que fue su patio de los pavos reales. Además, en la Quinta quedó abierta una exposición permanente con objetos donados por la familia de Alma Flor, la cual será desmontada el 24 de enero, mientras dure la filmación allí de la película dedicada a Ignacio Agramonte.

Nació en Camagüey el 3 de enero de 1938. Aunque ha vivido la mayor parte de su tiempo en los Estados Unidos, su obra literaria y pedagógica es prueba fehaciente del arraigo. Comparto fragmentos de un diálogo inédito con esta camagüeyana que recientemente fue agasajada en el Museo Quinta Simoni. Allí se conoció que este año la Editorial Ácana le publicará la novela A pesar del amor
 
Ella es una de las niñas que nació y se crió en la Quinta Simoni. En contra de su voluntad debió emprender un viaje de desgarramientos; sin embargo, Alma Flor Ada Lafuente se resistió a alejarse para siempre de ese remanso. Cuando la conocí me confió que tenía un deseo: celebrar sus 80 en el entrañable Camagüey, y este miércoles lo ha cumplido.

En febrero del 2017, un amigo común nos hizo coincidir. También me acompañaba el colega Eduardo Labrada, quien esa tarde de remembranzas descubrió el lazo filial que los une. Tampoco imaginábamos la grandeza de esta mujer, Profesora Emérita de la Universidad de San Francisco. La Asociación de Educadores Bilingües de California estableció el premio anual Alma Flor Ada Teachership Award, desde el 2008. El Gobierno de México le reconoció con el prestigioso lauro OHTLI su labor en favor de la comunidad mexicana en el exterior. Es, además, miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española.

Su obra literaria abarca poesía, cuento, teatro, memoria, no-ficción, así como textos educativos y libros pedagógicos universitarios, pero ella se ha cultivado para proteger el legado cultural de la familia. Ha publicado más de 200 títulos, pero de todos, los más recurrentes son dos: Tesoros de mi isla y Vivir en dos idiomas, porque contienen recuerdos de su infancia y gran parte de sus memorias.